lunes, 24 de septiembre de 2012

Una mermelada sana, rápida y fácil de hacer ☺

Mermelada de Fresa
Ingredientes:
  • 1 Kg. Fresas
  • 700 gr. azucar rubia
  • 1/4 Kg. maracuya o pectina artificial
  • Una pisca de Benzoato de Sodio
Preparación:
Poner las fresas bien lavadas y sin tallo en la olla que hiervan más o menos 30 minutos o hasta que vea usted que se desagan. Cuando las fresas esten en ese punto agregar el azucar e ir moviendo hasta que se mezclen bien.
Mientras eso pasa vamos sacando la pulpa del maracuya y ponerlo en un tazon y nos quedamos con la cascara de la fruta y la parte blanca (la pectina) y lo ponemos a hervir en agua que cubra la cáscara.
Despues de que hierva la casacara lo ponemos a licuar con un poco de agua (usar el agua hervida con la cascara). Debe quedar como una cremita ni muy aguado ni muy espeso.
Si deseamos que la mermelada tenga sabor a maracuya, colamos la pulpa y lo agregamos a la mermelada cuando este casi lista.
Volviendo a la mermelada, para saber que esta bien en un vaso de agua ponemos una pisca de la mermelada y si baja entonces ya esta lista, ahi agregamos el benzoato disuelto en un poco de agua y la pectina(maracuya) junto con la pulpa de maracuya.
Listo! ya tenemos una mermelada rica y facil de hacer la pones en envases de vidrio y ya esta :)

lunes, 10 de septiembre de 2012

Importancia De la Alimentación Complementaria

 
Después que un niño alcanza los 2 años de edad es muy difícil revertir la falla de crecimiento causada por una malnutrición producida durante los 2 primeros años de vida. Este tiempo es crítico para asegurar una nutrición suficiente, segura y que además afiance lazos emocionales.
 
La alimentación del niño desde los 6 a 24 meses de edad se denomina alimentación complementaria. La lactancia materna exclusiva es suficiente hasta los 6 meses, en adelante los alimentos complementan a la leche materna de tal manera que ésta permanece hasta el año o más.
 
La alimentación complementaria suficiente se logra ofreciendo comidas que contengan un alimento de cada grupo (alimentos de origen animal, vegetales y/o frutas, cereales, granos o tubérculos, aceites o grasa vegetal). Además, su textura debe ser espesa o sólida para que cubra las calorías necesarias.


La sopa o una consistencia de puré fluido tienen menos cantidad de cada nutriente y calorías.


La cantidad, textura con que se alimenta al niño varía con la edad. A los 6 meses se ofrece un puré espeso al inicio 2 o 3 cucharadas y progresivamente alcanzar media taza. En adelante se incrementa la cantidad hasta llegar a 1 taza de 250ml llena (2/3 de taza, ¾ de taza, 1 taza). Del mismo modo la textura de puré espeso va cambiando gradualmente a machacados hasta llegar al año con alimentos picados.
 
Sobre el número de veces, entre los 6 meses y 8 meses darle comida 2 a 3 veces al día, desde los 9 meses hasta los 24 meses 3 a 4 comidas al día. Adicional puede recibir 1 a 2 meriendas según el apetito del niño, todo este tiempo sigue recibiendo lactancia materna. Las meriendas son pequeños alimentos entre comidas que el niño puede comer sólo como una fruta.
 
La seguridad de los alimentos es importante y no sólo referida a la disponibilidad de una variedad de alimentos, sino a la higiene de los mismos y durante la preparación. Las diarreas frecuentes en esta edad son causa de desnutrición infantil y talla baja. Lavase bien las manos antes de preparar los alimentos y alimentar al niño, asegúrese que los alimentos estén bien limpios así como el área y utensilios a utilizar.
 
La Organización Mundial de la Salud nos propone el concepto de alimentación perceptiva, un vínculo de seguridad emocional a través de la alimentación incluye:
a) Alimentar a los lactantes directamente y asistir a los niños mayores cuando comen por sí solos, respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción.
b) Alimentar despacio y pacientemente y animar a los niños a comer, pero sin forzarlos.
c) Si los niños rechazan varios alimentos, experimentar con diversas combinaciones, sabores, texturas y métodos para animarlos a comer.
d) Minimizar las distracciones durante las horas de comida si el niño pierde interés rápidamente.
e) Recordar que los momentos de comer son periodos de aprendizaje y amor – hablar con los niños y mantener el contacto visual.
 
 
 
Fuente: Organización Panamericana de la Salud, Washington DC, 2003.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Los primeros tres años de vida


La alimentación de los lactantes y los niños de corta edad

El período que transcurre desde la concepción hasta los tres años de edad es una etapa de crecimiento rápido y representa una oportunidad única de brindar a los niños y niñas las sólidas bases nutricionales e inmunológicas que necesitarán para el resto de sus vidas. En esta etapa se forman la sangre, el cerebro, los huesos y la mayor parte de los órganos y tejidos, así como el potencial físico e intelectual de cada persona. Muchos de los daños que provoca la desnutrición durante los primeros tres años de vida son irreversibles. Por este motivo, la prevención tiene una importancia fundamental.
Si la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses se aplicara con todos los lactantes del mundo, se salvarían anualmente unos 1,3 millones de vidas, y muchos millones más de niños y niñas se verían beneficiados en términos de salud, inteligencia y productividad. La leche materna es el alimento perfecto, dado que contiene todos los nutrientes y micronutrimentos que necesitan los lactantes para su crecimiento normal durante los primeros seis meses de vida.
Asimismo, la lactancia estimula el sistema inmunológico y potencia la respuesta del organismo a las vacunas. La leche materna también contiene cientos de células que mejoran la salud: proteínas, grasas, hormonas, enzimas y otras sustancias que no se encuentran en ningún otro alimento.
Los lactantes que son amamantados en los primeros meses de vida tienen como mínimo seis veces más probabilidades de sobrevivir que los que no lo son, ya que la leche materna contiene células y anticuerpos que combaten las infecciones, así como sustancias que protegen la membrana mucosa del sistema gastrointestinal y del tracto respiratorio. Por esa razón, la leche materna protege a los lactantes de las enfermedades diarreicas y de las infecciones de las vías respiratorias superiores. (Estado Mundial de la Infancia, 1998) La lactancia exclusiva también puede reducir las probabilidades de que la madre infectada con el VIH contagie el virus a su hijo o hija.
Después de los seis meses, el lactante debe recibir alimentos complementarios ricos en contenido nutricional con las vitaminas, los minerales, las proteínas y los carbohidratos adicionales que necesita para crecer.